Y por un momento me sentí Talita…

“Soy yo, soy él. Somos, pero soy yo, primeramente soy yo, defenderé ser yo hasta que no pueda más. Atalía, soy yo, Ego. Yo. Diplomada, argentina, una uña encarnada, bonita de a ratos, grandes ojos oscuros, yo. Atalía Donosi, yo. Yo. Yo yo, carretel y piolincito. Cómico.” (Julio Cortázar, Rayuela)

Me sentí sola, me sentí expuesta, y luego te sentí conmigo, me sentí segura… Pero no, yo soy yo y debo de descifrarme a mí, saberme sola y seguir, porque solo así sabré quien soy, y no lo que soy cuando estoy contigo, soy fuego, soy sentimiento, soy dualidad en busca de balance.

Y de repente me veo allí, cabello chino alborotado, narrando una historia o riendo a carcajadas, el cine de arte, lo romántico. Yo soy yo escribo, observo, y observo e imagino mucho más de lo que escribo.

Más complicada que bonita, mas apasionada que lógica, la razón me sirve de vez en cuando, las emociones a diario. Yo soy yo, música y prosa; invisible o imposible no mirarla. Ajena en su país… Yo soy yo Eira.