Que teníamos entonces…


Teníamos las mañanas que se convertían en tardes, las tardes que se hacían noches, y esas noches que de pronto se volvían madrugada, donde al parecer la falta de tiempo u ocupaciones raramente existían.


Teníamos esas pláticas en las que hablábamos de todo y nada a la vez, nos confesábamos cosas, nos contábamos bromas, y todo era así el tiempo volaba, siempre a través de pequeños comentarios nos descubríamos, nos enredábamos, nos conocíamos y nos desconocíamos.


Teníamos la suave fricción de nuestros cuerpos, y la química que nos llamaba a estar juntos, yo tenía tus ojos, tu cuello, esa parte suave de tu nariz, tu cabello, y tus brazos que perfectamente me acurrucaban en tu pecho. Tú tenías mi test, mi risa, mis chinos y tus manos prendidas en mi cadera.


Es curioso como uno puede recordar unas cosas y olvidar otras, recuerdo bien lo que teníamos, o cómo fue que nos conocimos, recuerdo muchas cosas que me dijiste, como esos meses volaron a tu lado, y como se sentía estar contigo… y recuerdo porque tuvimos que hacer stop…



Lo que ahora empiezo a olvidar es el sabor de tus labios… y eso… es realmente una pena. 






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