Atlixquense


Usualmente por estas fechas ya estaría yo extendiendo mis invitaciones a todos para visitarme en Atlixco, vengan a ver la villa iluminada y si quieren después cenamos aquí, si nos ponemos de acuerdo y si quieren subimos al cerro también.
Regularmente esa sería una conversación común con los amigos cercanos y nos pondríamos de acuerdo para la fecha y su hora de llegada así como si se van a quedar a pasar la noche o planean regresar ese mismo día, pero ahora las cosas son diferentes. Si es verdad que todos los cambios son buenos, aun así no puedo dejar de extrañar algunas cosas que con el tiempo cambian. Y entre estas cosas está el ser una residente atlixquense.

Parece que apenas ayer empaque dije adiós a la casa y partí a un nuevo trabajo, a un nuevo destino, y a una nueva aventura, y ahora esa aventura ha concluido y estoy en otro barco iniciando apenas otra aventura y viviendo cosas diferentes, dos años, hace dos años me mude a Atlixco y ahí inicio todo.
Cuando llegue la casa nunca me pareció lejos(todos los que vivían allá eso me decían, vives muy lejos), Atlixco nunca me pareció tan grande (bueno hasta que subí al cerro), pero eso si el lugar siempre me pareció agradable. Me hacia 15 o 20 minutos al trabajo cuando había tráfico, lo cual me encantaba ya que podía dormir más. Recuerdo que poco a poco fui mudando mis cosas, primero ropa, después zapatos, una tablita para picar, un sartén, y así poco a poco fui creando mi casa, mi espacio.
Al principio deje los muebles como estaban, después fui modificando las cosas de lugar, empecé a comprar cosas pequeñas para mi casa, y a sentirme más a gusto allá que en casa de mi papa. El lugar era mío, y mis tardes también eran enteramente mías, llegaba y me bajaba del auto, entraba y podía cocinarme algo, ordenar algo para comer, o simplemente recostarme a dormir toda la tarde, después el ocio me aburrió, así que decidí ir al gimnasio.

Actividad que me encanto, me gustó tanto practicar spinning ya que conocí a personas de Atlixco, como Jacobo o Rene (Reny), mejore mi postura, dormía súper bien en las noches , y de repente sentí que me aparecieron pompas… jajajajajaj, comencé a salir más los fines de semana en especial en puebla, era la semana tranquila con las tardes de gym y los fines de salir con los amigos, siempre había música en mi auto, y me encantaba manejar en la pista Atlixco puebla, me hacía sentir tan cerca de puebla y a la vez lejos. A veces, si extrañaba a mi familia, llegaba de repente y comía con ellos. Me acuerdo mucho de mi auto, y todas las locuras que me permitía hacer.

Me gustaba estar sola en mi casa, empecé a reconocerme y a disfrutar tanto de este tiempo, después mi auto se fue, pero llego una nueva experiencia y mis nuevos niños, y como me gusto trabajar en el colegio Oxfordshire, yo creo que sería uno de mis favoritos. Apareció mi Georgi hermoso, y la linda Valery…también mis nuevas compañeras.

Llego a mi vida él y muchas cosas más cambiaron entonces… mi casa se volvió nuestro lugar, apenas me dijo “Eira si esa casa hablara que cosas no contaría”, y es verdad, puede contarte mil cosas que te harán reír, cosas tiernas, románticas… o simplemente te podría decir como a veces los días se pasaban así en la quietud, en una quietud que se disfrutaba, como ahí las horas vuelan o el tiempo de repente parece no avanzar.
Muchas historias más aparecieron con él a mi lado, pero nunca deje de ser yo, la atlixquense que subía y bajaba, que conocía cada vez a más personas y la que ya empezaba a saludar gente que se encontraba en el centro (como todos los de Atlixco lo hacen). Siempre me gusto seguir siendo yo cuando estaba con él. Empecé a creer que ahí podría ser un lugar en el que yo podría vivir siempre (bueno aun me gusta, me parece lindo vivir ahí)

 Al siguiente año inicie mi proyecto del estudio, si este espacio donde yo escribiría, y escucharía música y me relajaría pensando en una y mil cosas, me quedo tan bonito, me acuerdo que lo pintamos express, al igual que los cortineros y detallitos previos a la llegada de mi mamá, y como olvidar y la pelea que tuve con mi papa por los muebles  del estudio jajajaja, pero fue bueno, tener y finalizar ese proyecto.

Mi amistad con Itza creció más y me gustó tanto tenerla en mi vida por todo ese ciclo escolar, tener a una cómplice, a una compañera y una amiga, tres en una, me gustaba llegar a su casa y sentirme en familia, me encantaba cargar a la pequeña Maily… y escuchar los comentarios ocurrentes de Aolani, aunque eso si las mejores ideas siempre son de Maily ya sabes tipo vamos por helado, vamos por papas, puras requisiciones jajajaj.

Las aventuras en la escuela se pusieron padrísimas, desde el thanksgiving… los bailes navideños, la feria de ciencias que me hizo llorar, ahhh también me mude temporalmente con Mariel, manejaba su camioneta y algunas veces contadas pero salí a rodar en bici y me gustó mucho!! Se expandió mi horizonte atlixquense.
Muchas cosas pasaron como para escribir y contar todo en apenas dos hojas, ahora estoy aquí, y las cosas comienzan a ser diferentes, hay muchas cosas buenas como siempre pero… carajo! extraño horrores a mi Atlixco… y no es el hecho de ir… extraño vivir allá, extraño muchas cosas de mi vida allá… y  a eso no se le puede hacer nada para remediarlo.


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