Octubre 26, 2023

Hago un recuento de mi  vida. Me pongo a pensar en todo lo caminado para llegar a este punto. Muchas personas vienen a mi mente, personas que en algún punto se sumaron, por trabajo, por afinidad, etc. Pero no todas continúan hoy conmigo. 

Estoy sentada, me mira a los ojos y me dice, has cambiado mucho, como si eso fuera algo que quizá no le gustara. Quizá hay muchas cosas de mi que no le gusten, pero esta soy yo ahora y me siento bien con lo que soy. Me reconozco imperfecta pero consiente de lo que soy y lo que me gustaría llegar a ser. Se que esto viaje aún no termina,  de hecho la vida es eso, un viaje permanente, con muchos cambios.

Me miro de nuevo cuando me lavo los dientes, me gusta mucho mi rostro, me gustan mis ojos y mi sonrisa. Hay un toque de ternura quizá de mí hacia mí. Pero, en las fotos me veo distinta, me veo más grande, me veo más seria, uno se acostumbra a su imagen, no vemos cuánto cambiamos con el tiempo. Solo en las fotos se percibe ese cambio. 

Soy una Eira más definida, tengo claro el tipo de vida que quiero vivir y la gente que quiero que me rodee, por eso entiendo que de cuando en cuando es bueno depurar. No podemos tener a tanta gente a nuestro al rededor. No se puede ofrecer tiempo a todos, mejor tener pocas personas pero que te ofrezcan su amistad auténtica y cariño real. Personas que sumen, que acompañen, que afronten, que escuchen. Me siento muy feliz, de justo ahora tener a las personas que quiero en mi círculo cercano. De frecuentarlas, de saber de ellas, y que esas personas también estén ahí para mí. 

En resumen me siento bien, la vida es buena, tranquila, ya sabes solo algunos días difíciles para darle variedad. Solo que a veces, cuando el día termina y la noche llega, me siento sola. Entonces pienso, la compañía es una de las cosas más bonitas de este mundo. 

Descansa querido lector.