Nunca me conformé


No pido mucho, pido cosas simples que se pueden olvidar con el tiempo, por ser simples, por la rutina, por la distancia. 

Me gusta que me abracen sin motivo y sin razón. Un abrazo que sea como un te quiero, que también pueda ser un hola, que a la vez si mi cara es triste me pregunte ¿qué te pasa?

Pido cocinar con música y comer hasta que tenga la comida en la garganta y ya no pueda más. Pido una cerveza en una tarde calurosa y que cantemos una canción que nos guste. 

Una ducha con el agua bien tibia, tu cuerpo lleno de jabón. Una cama suave y tus brazos. 

Pido hablar de vez en cuando, no de lo que hago en mi día o de mis problemas en mi vida fáctica... quiero contarte mis miedos, mis sueños y que tú me cuentes los tuyos. Se que quizá no se resuelva nada, pero al menos escucharnos. 

Queria aquello que no se compra con dinero, aquello que no se obtiene con esfuerzo. Queria compartir mi vida contigo. Que decidieras quedarte aún en mis días difíciles, cuando tengo mal humor y no pienso que la vida es bella. Cuando lloro porque algo duele. Cuando estoy triste y lloro despacito. Cuando ni si quiera se que pasa conmigo y parezco molesta. Valía la pena, por los días buenos. 

Nunca me conformé, con un beso tu cuerpo y una noche. 
Queria tu vida y te pagaba con la mía. 




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