Hoy...
Estos han sido días demasiado ajetreados, entre ir y venir subir calificaciones, terminar pendientes y más pendientes. Tomo un poco de aire y pienso en que hago ahora.
Sigo trabajando en la tarde. Me gusta.. es probable que solo me quede con ese empleo. Trabajo en mi... trabajo en recuperar esa chispa por lo que hago, esa chispa que de repente se me escapa y me cuesta verla. No sé si se esconde entre tantos pendientes o detrás de las personas que me muestran apatía.
A veces me desanimo, veo a los profesores tan felices, recuerdo cuando empecé a ser docente ...era muy feliz. Ahora entiendo más el sabor agridulce de la profesión. Ser coordinadora me gusta. No siempre pero la mayoría de veces si. Me gusta saber que de maneras que los demás ni saben, los puedo ayudar o los ayudo. Ese bien indirecto que no todos perciben pero que yo y unos pocos sabemos que está ahí. Cosas que se hacen día a día. Solo por ellos, por la licenciatura. Se que esto es un proceso, ahora entiendo que todo es temporal. Cada trabajo, cada sendero recorrido.
Si alguien me preguntara qué es lo importante ahora en mi vida, mi tiempo y mis relaciones con la gente que quiero, quiero que mis sobrinas sean felices y plenas, que descubran su camino. Que mis hermanos estén bien, que mi mamá viva hasta viejita y me deje cuidarla, que Chery logré lo que quiere y me deje verla crecer porque admiro tantas cualidades de ella.
Es bonito pasar el tiempo con la gente que quiero. Ahora tengo más claro en la vida cosas importantes. Nunca voy a ser adinerada. Simplemente porque ahora no le veo importancia, ya no lo quiero. Quiero rodar y conocer muchos senderos. Quiero a Héctor a mi lado, quiero que recorra muchos caminos conmigo.
Dormir en su pecho y morir de calor en la noche. Y así como este escrito ... casi a diario, casi todo el tiempo, te pienso. Ahí estás aunque no quiera... aquí estás dentro de mi cabeza, dentro de mi corazón. Tanto que cada que mi corazón late dice así bajito Héctor... Héctor ...Héctor...
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